La Terra està malalta i l’escalfament del planeta n’és un dels símptomes més evidents. Si no hi posem remei, tot se’n pot anar a la merda.
En un punt de la Terra, una família de classe mitjana. L’Anna és una noia de 15 anys sense amics i amb problemes de sobrepès. La seva mare, la Fiona, l’ha traslladat a l’escola on dóna classes per protegir-la del bullying que patia, cosa que ha empitjorat la situació. El seu pare, en George, un acadèmic ecologista obsessionat en acabar d’escriure un llibre i salvar el planeta, no aconsegueix adonar-se dels problemes de la seva filla ni de la frustració i la soledat que acompanyen la vida de la seva dona. L’arribada per sorpresa d’en Terry, germà d’en George, farà trontollar tots els silencis que ofeguen i amenacen aquest petit planeta que és, al cap i a la fi, la família.
Nick Payne utilitza el dolor, l’aïllament de l’Anna i el caos de la seva família com una metàfora per parlar de l’escalfament del planeta. O viceversa. O ambdues coses.

Igual que los coches que esquivan al animal moribundo en mitad de la carretera, sin detenerse a intentar salvarlo, así vamos pasando de largo por la vida en numerosas ocasiones, incapaces de darnos cuenta de que, a veces, tenemos enfrente a alguien que necesita nuestra ayuda. 
Todos necesitamos ser salvados, y sin embargo no nos atrevemos a pedir auxilio, como tampoco nos atrevemos a hacer una breve parada en el camino para salvar a quien pueda estar herido. Esto nos convierte en individuos perdidamente solos, en pequeños planetas solitarios girando en nuestra propia órbita, abandonados en la infinidad oscura del firmamento. Estamos solos porque construimos muros en lugar de puentes. Esto es lo que, en este su primer texto, nos muestra Nick Payne, a través de la historia cercana y reconocible de una familia que sólo sabe comunicarse a medias, rodeando así los problemas reales a los que se enfrentan, como la situación de acoso escolar que vive la hija adolescente. Es únicamente cuando llegan al extremo cuando los personajes se ven forzados a reaccionar, a salir de su propia órbita y a actuar. 
Reducir es la propuesta del personaje del padre para salvar el universo. Pero es también la solución para salvar el pequeño universo de cada individuo. Reducir la velocidad de nuestras vidas hasta poder detenernos, poder mirar a los ojos del otro, con atención, y tender un puente. Sólo así seremos capaces de llegar a saber quiénes somos, y tal vez de rescatarnos mutuamente. 

Un espectacle de Sixto Paz Produccions en coproducció amb Sala Beckett / Obrador Internacional de Dramatúrgia

Website MONTSE GERMÁN

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